Dr. Osvaldo José Del Barba

Dr. Osvaldo José Del Barba
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lunes, 9 de febrero de 2009

Nuestra Región Frente a la Crisis Financiera Mundial (2da. parte)

Sobre fines de septiembre de 2008, publicamos en Ecos Diarios de Necochea y en nuestro blog, un trabajo que pretendía dar algunas orientaciones a nuestros convecinos respecto de la repercusión que en nuestra región podría traer aparejada la crisis financiera mundial.- Decíamos en ese momento “En una economía globalizada como la actual, pensar que la crisis financiera, originada en EE UU, no afectará a la Argentina es un error, del mismo modo que creer que nuestra región y nuestra ciudad estarán al margen de dicha crisis”.-

Esto se manifestaba en un momento donde desde el gobierno nacional se aseguraba que nuestro país estaría al margen, por tratarse de un problema financiero y Argentina estaba alejada de los mercados internacionales del dinero.- Nuestra posición era tomar esta aseveración Presidencial como un atenuante del efecto, pero de ninguna manera como un dato que nos asegurara una inmunización total.- Decíamos “En este sentido podemos decir que nuestra economía monetaria está un poco mas protegida por la falta de inversores extranjeros, pero la transmisibilidad de sus efectos a la economía real, generará un irremediable efecto negativo.“

Nuestra condición regional de exportadores de comodities alimentarios, cuya demanda necesariamente iba a desacelerarse, era el primero de los factores que indicábamos como causante de efectos de la crisis a nivel regional.- Debíamos sumarle una segunda causal, y era el provocado por la mayor exacción al consumidor producto del aumento de tarifas, que se iba a producir inexorablemente, toda vez que éstas, eran subsidiadas por superávit fiscal generado en derechos de exportación.- Por supuesto no podíamos, ni podemos, prever cual será la verdadera magnitud de la incidencia regional de la crisis, pero asegurábamos que nos iba a llegar.- Al respecto se consignaba “Resulta inconmensurable, a esta altura, predecir la magnitud del efecto sobre nuestra región y ciudad, pero lo que si podemos decir es que dicho efecto existirá y, no estar alerta y pensar que no es un problema nuestro agravará sus consecuencias.-“

Estas referencias a un pronóstico cumplido, no pretenden destacar el acierto del autor, sino demostrar que la Ciencia Económica, aplicada con rigor científico permite hacer proyecciones como la indicada.- Recuerde el lector que se insistía en nuestra inmunidad desde el propio Poder Ejecutivo y hoy, a poco más de cuatro meses, ya se están viendo los efectos sobre nuestro país y nuestra zona.- Los aumentos de tarifas están dejando al descubierto una política de subsidios, ahora insostenible y por otro lado los precios internacionales de los comodities alimentarios son el fiel reflejo de la baja de demanda.- Todo ello se resume en una disminución de la capacidad de consumo de los operadores con sus repique sobre toda la economía real.-

Otro error al que se indujo, fue considerar que la economía monetaria tiene un funcionamiento aislado de la economía real, aseverándose que el problema era financiero exclusivamente.- Nuestra interpretación al respecto se fundaba en que la falta de circulante y la restricción al acceso al crédito, sin duda iban a producir una retracción de la demanda (como se produjo en todo el mundo) y ese sería el “contagio” que se trasladaría desde la economía financiera a la economía real.- No se trataba de una predicción, era la conclusión lógica que devenía de hacer un diagnostico con herramientas de la Ciencia Económica.-

Hechas estas aclaraciones, y bajo el mismo análisis científico con que se escribió la primera parte, queremos hacer algunas reflexiones acerca de la situación hoy, y su proyección a meses subsiguientes.- A esta altura, nadie puede dudar que el efecto de la crisis nos llegará y, en cierto modo, nos llegó.- Igualmente, nadie puede asegurar cual será su magnitud ni su duración.- La restricción de la demanda global es un hecho que ya estamos observando, al igual que la disminución en la capacidad de consumo, producto de esa retracción de la demanda y del aumento de tarifas de sectores económicos antes subsidiados.-

Pero a todo esto debemos agregar un peligro nuevo que se sumará a las situaciones descriptas, agravando el pronóstico: El público consumidor está asumiendo una posición exageradamente conservadora y ello repercute en una mayor desaceleración de la demanda, multiplicando el efecto negativo.- Sabemos que en economía la variable expectativa juega un rol de suma importancia, y eso es lo que está pasando, producto de una marcada incertidumbre que se propicia desde mensajes carentes de análisis científico, y versiones encontradas.- Entendemos que se deberían implementar sistemas de información que induzcan a mensurar en la medida correcta la situación de la crisis, evitar el sobredimensionamiento y que alentar el consumo, más allá de la prudencia que sugeríamos en nuestra primer nota.-

Obsérvese que ante una primera etapa de soslayar los efectos en el país, hoy el gobierno nacional no sólo reconoce la existencia doméstica de la misma, sino que la sobredimensiona para justificar la eliminación de subsidios.- Esto no hace más que confundir al consumidor y generarle esa conducta conservadora que indicáramos más arriba, la que es tan maliciosa como las propias causas originales de la crisis.-

En términos generales, hay una parte de la crisis que la heredamos de un sistema económico internacional dominado por la globalización, pero también hay un componente que le estamos agregando por nuestro incorrecto accionar frente a dicha crisis.- Nuestro actuar excesivamente prudente produce un agravamiento en la retracción de la demanda, el ahorro que producimos no tiene como finalidad la inversión, sino protegernos de la incertidumbre.- Esa salida de dinero del circuito del consumo se suma a la falta de créditos bancarios, y como decíamos, desacelera aún más la demanda .-

Ideologizar este problema, es otro de los errores en que se incurre con gran frecuencia, para ello sugerimos retrotraernos al origen del mismo y así poder observar que todo se generó en un gran acto de corrupción, descartandose que sea una falla funcional del sistema de mercados.- Lejos de pretender tomar posición en este sentido, nuestro interés es enfocar correctamente el diagnóstico para encontrar las soluciones acordes al problema.-

Las crisis implican también oportunidades, por lo tanto el abatimiento y la falta de incentivos puede revertirse si la enfrentamos como corresponde y la atacamos con las herramientas adecuadas.- Debemos terminar con los agoreros y centralizar nuestro enfoque en los análisis serios y dotados de rigor científico.- La prudencia, que debe imperar más que nunca, debe encontrar su justa medida y no transformarse en un factor más de recesión.-

Si no advertimos este peligro agregado, nuestra región, agravará “per se” los efectos naturales de la crisis, la prolongará en el tiempo y su recuperación será, seguramente, mucho más lenta.-

Necochea, 9 de Febrero de 2009